El cuerpo tiene un sistema de músculos y tendones que permiten mantener posturas estáticas (de pie, sentados, etc.) y dinámicas (caminar, correr, etc.). Con el paso de la vida, los malos hábitos hacen rígido este sistema muscular-tendinoso, lo cual lleva a padecer distintas dolencias.

Con la educación postural trabajamos para volver a estirar el sistema músculo-tendinoso a fin de recuperar la armonía corporal. Para ello se trabajan las cadenas de músculos que están organizados según una estructura. Estas cadenas de músculos pueden abarcar una amplia parte del cuerpo. Por ejemplo, un dolor de espalda puede estar causado por una mala implantación del pie. Esto se explica porque cuando se da un desequilibrio, el cuerpo adopta posturas defensivas que a su vez generan nuevos desequilibrios.

La educación postural es importante para un buen desarrollo físico y para aprender a movernos con naturalidad evitando lesiones y dolores innecesarios.