¡Mecachis los mengues! Hemos llegado a un punto en el que si no sabemos manejar el ordenador, somos casi analfabetos. Casi todo lo que anteriormente se resolvía enviando un papel o recibiendo una carta en casa, requiere ahora utilizar Internet: el recibo del teléfono, las cuentas del banco, compra por correo, hablar con nuestra prima de Algete... Y, claro, tener que ir pidiendo ayuda a nuestros familiares y amigos para cualquier cosa que hagamos pues termina por cansar un poco (tanto a nosotros como a ellos). Pues hasta aquí hemos llegado.

Ya ha llegado el momento de decir "de hoy no pasa". Ya ha llegado la hora de marcar un punto de inflexión en nuestras vidas. Ya ha llegado el día en el que nos liamos la manta a la cabeza y nos metemos de lleno en estos cachivaches porque, realmente, ellos no son tan difíciles como aparentan (ahí tienes a los zagales de tres años manejándose con las tablets y los móviles como si nada), sino que somos nosotros los que, temerosos por "cargarnos algo", nos enfrentamos agarrotados al teclado, negándonos a coger esa soltura tan necesaria y colocándolos en un podium de respeto que para nada se merecen.

Resulta mucho más difícil aprender a sintonizar el TDT, entender los programas de la lavadora o ajustar el grifo de la ducha para que el agua salga templadica que manejar un ordenador. Y encima el fruto que se obtiene es mucho mayor, pues a diferencia del resto de cacharros que solo sirven para una única función, el ordenador es un pegotón de arcilla que según nuestros intereses podemos convertir en lo que más nos interese: en una televisión para ver series o películas, en un teléfono para hablar o hacer video conferencia, en un laboratorio fotográfico para mejorar nuestras fotos y realizar los más impresionantes montajes, en un estudio de grabación que rivalice con los de la mismísima EMI, en una máquina de escribir plagada de opciones que nos permita realizar la obra de nuestra vida, en una enciclopedia interminable que dé respuesta a todas nuestras dudas, en un profesor de cualquier materia que nos explique el más mínimo detalle con una didáctica amena y divertida, en...